AMARILLO MIEL: cuento curioso publicado en Atrapalabras

En el 2015 durante nuestra formación en la “Escuela de Verano” de AEDA, durante seis días en diferentes recovecos: lavabos, macetas, vajilla, pasillos, bancos… encontramos postales con historias escondidas. Nosotras -curiosas por naturaleza- rápidamente nos enredamos en este juego de palabras agazapadas que quieren ser encontradas, leídas y regaladas. Historias que viajan, que son ilustradas, que son contadas… Os hablamos de ATRAPALABRAS “Cuentos escondidos, viajando, buscándote.” Propuesta e idea de LCE (Légolas Colectivo Escénico).

Ese mismo año, en octubre, nos brindaron la oportunidad de participar en este proyecto con una historia creada por Soraya Hg de @unpuntocurioso junto al ilustrador salmantino Kike Castaño.  Y el resultado fue Super-8.

super ocho

Cogió su cámara Super-8, que se encontraba justo en su lugar, sobre la mesilla de noche, al lado de la ventana por la que cada día al despertar se dirigía, con pasos cortos y enredados en la tierra, a filmar humanos en desuso. Su obsesión. Hasta que un día cualquiera cogió su cámara Super-8, que se encontraba justo en su lugar, sobre la mesilla de noche, al lado de la ventana que maduraba bajo los primeros rayos de luz del día los sueños de la mujer que dormía desnuda sobre su lecho arbolado. Un ser extraño que revolvía el aire al respirar. Una libertad narcótica. Un follaje que dio vida a la gestación de una nueva película. La llamó contradicción.

Durante todo este tiempo y cada mes, nos encontramos con una postal donde cuento e ilustración viajan a diferentes rincones de la geografía para ser descubiertos, leídos… Y ha vuelto a ocurrir… participamos con una nueva historia AMARILLO MIEL de Soraya Hg.  e ilustrada por Maco Díaz.

Amarillo miel, los primeros zapatos de charol de mi infancia. Apenas me atrevía a caminar por miedo a causar dobleces en sus puntas o algún tipo de rayón inolvidable. Eran tan perfectos. Tan brillantes,  que relucían al lado del tocadiscos del vestíbulo, junto a la hierba verde, y más tarde, sobre el asfalto de camino a la fiesta.

La música comenzó. Mis pies tomaban aire. Podía bailar y ser canción con mis zapatos nuevos de charol amarillo miel. Mamá lo sabía y me regaló sus súperpoderes sin parar de gritar: “¡Bailemos mi dulce reina!”. Entonces, dejé escapar carcajadas acompañadas de movimientos desenfrenados creados por un corazón desbocado de energía salvaje. Volví a escuchar: “¡Baila mi dulce reina!”.  El amor es de color amarillo miel.

Abrid bien los ojos porque donde menos lo esperéis nos encontraremos a través de las palabras y las pinceladas que vuelan para ser atrapadas 😉

 

⚠️ Si encontráis alguna postal de «Amarillo miel» sacad una foto del lugar donde la hayáis encontrado y etiquetar a: @unpuntocurioso (Instagram, Twitter y/o Facebook);  @natuaraleza_efervescente (Instagram) y/o @HGSoraya (Twitter). ¡¡GRACIASSSS!!

 

 

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